29 octubre 2020

PORTAGRANDAS (modelo I)

Colección GRH Tzanhanim

  La granada de mano es un arma esencial de la infantería, tanto para uso ofensivo como defensivo. Desde las británicas Mills, pasando por las americanas Mk2 o M26, estas pequeñas bombas ideadas para ser lanzadas sin ayuda de otro arma, han formado parte del arsenal del IDF desde su fundación. Y no solo granadas letales, también aturdidoras o de humo (para enmascarar o señalizar). Los soldados del Tsáhal contaron desde los años 50 con una cartuchera individual para portar dos granadas, siendo ésta su primera versión.
Un reservista saluda a su hijo durante el periodo de espera previo a la Guerra de los Seis Días. / Fuente: news.walla
Un guardia vigilando una carretera que hace frontera con Cisjordania, año 1965. / Fotografía Moshe Pridan. Fuente: gpophotoheb
Tropas estacionadas en el frente sur son entretenidas con música. Imagen tomada poco antes de iniciarse la Guerra de los Seis Días. / Fotografía Micha Han. Fuente: gpophotoheb
Colección GRH Tzanhanim

  El portagranadas está divido en dos compartimentos, cada uno cerrado por una solapa que cuenta con dos botones automáticos. Esto permite cerrarlas a diferentes alturas según el tamaño de la granada utilizada. El material empleado es la loneta de algodón color arena, a juego con trinchas, ceñidor y demás cartucheras usadas por las IDF durante las primeras décadas.
En la portada de este disco vemos un ejemplo del portagranadas con las solapas cerradas en el botón superior.
Observamos una granada asomar del portagranadas de un soldado de la brigada Golani durante una operación de represalia contra el ejército sirio en los altos del Golán. Se trata de la imagen más temprana que hemos encontrado, marzo de 1962. / Fuente: idf
Colección GRH Tzanhanim
  Podemos concluir que este modelo de portagranadas apareció en la década de los años 50, pues el ejemplar fotografiado data de 1957. Aunque no encontramos ningún sello del fabricante da la impresión de que se trata de una pieza importada, pues el acabado recuerda a otras piezas en loneta fabricadas para el Tsáhal por Mills Equipment Company (que sella su producción con M.E. Co.) y además en los botones automáticos es visible que son de fabricación británica. A esto hay que sumarle que a mediados de la década de los 60 apareció un nuevo portagrandas de patronaje similar pero esta vez con sellos de fabricación israelí, reconocible por sus tapas más largas y por contar con un botón más por cada solapa. Fue esta versión actualizada la que perduró en los siguientes años hasta la adopción a mediados de los 70 del revolucionario chaleco Efod.
En esta imagen de 1969 observamos cómo convivieron el primer modelo de portagranadas (el soldado del centro, en segundo plano) con el nuevo (los dos soldados más cerca de cámara). / Fuente: nli
La imagen más reciente que encontramos del uso del portagranadas, octubre de 1973 durante la Guerra del Yom Kipur, por parte del capitán que bebe de una taza de plástico (posiblemente un reservista). / Fuente: nli
Colección GRH Tzanhanim
  Como otras tanta piezas del equipo de combate israelí, el portagranadas cuenta con dos sistemas de anclaje, compatible con los diferentes modelos de ceñidor presentes en el Tsáhal en las primeras décadas. Así, los dos garfios superiores permiten anclarlo a los ceñidores de origen americano y los cuatro ganchos del centro sirven para los británicos. O indistintamente cualquiera de los dos sistemas con el ceñidor híbrido israelí.
  El soldado de las IDF tiene relativa libertad a la hora de preparar su equipo de combate. Esto incluye la disposición de los diferentes elementos, pues parece que no existió un reglamento a la hora de dónde debía ir anclado el portagranadas. De hecho encontramos imágenes con esta pieza del equipo en ambos lados, tanto en la parte delantera como posterior.
Ejemplo del portagranadas anclado en la parte posterior del ceñidor, imagen tomada en mayo de 1967. / Fuente: archives.mod

Reuven Eliaz, comandante de la Sayeret Golani, lleva el portagranadas en la parte delantera derecha. / Fuente: naamoush
Este oficial, recibido por un religioso ante la Basílica de la Natividad tras la toma de Belén en 1967, lleva su portagranadas en la parte delantera izquierda. / Fuente: gpophotoheb

12 octubre 2020

CALCETINES DE COMBATE

  Todo nuevo recluta de las IDF recibe varios pares de calcetines, גרב (guérev en hebreo) para portar con sus botas de combate. Una prenda básica que con el tiempo se ha convertido en uno de los iconos del soldado israelí.


Los calcetines a la vista se han convertido en un elemento representativo del soldado del Tsáhal, como en este imagen en el Canal de Suez en 1968 durante la Guerra de Desgaste. / Fuente: gpophotoheb
Los calcetines siempre son más altos que las botas o polainas.

Un Guardia de Fronteras fotografiado en Jerusalén en 1992. / Fotografía Lea Goodman. Fuente: gettyimages

  Aunque un calcetín es ante todo una prenda funcional, la moda propia de cada época ha influido dándose varios cambios. Por ejemplo en los primeros años de las IDF, mientras duró la corta costumbre de vestir pantalones cortos con calcetines altos (herencia del ejército británico), comprobamos que el primer material empleado fue la lana en colores crudos y en tonos verdes, con los tradicionales puntos elásticos propios de los tejidos de lana para darles elasticidad.

Policía Militar en el desfile de las IDF celebrado en 1949 en Tel Aviv. Los pantalones cortos duraron poco tiempo en los depósitos isralíes. / Fotografía David Eldan. Fuente: gpophotoheb
La postura de este soldado israelí, entretenido con una revista árabe, permite a pesar de portar polainas entrever sus calcetines verdes. Imagen tomada tras la toma de una posición egipcia en Rafah en noviembre de 1956 durante la Operación Kadesh. / Fuente: gpophotoheb
Un soldado se asea en el río Jordán tras la guerra de los Seis Días. Sobre las botas reposan calcetines en tono verde propio de la década anterior. / Fotografía Manuel Litran. Fuente: gettyimages
Envoltorio de papel para calcetines de los años 70. / Fuente: nostal
  No fue hasta mediados de los años 60, cuando el uso de polainas menguó tras la generalización de las botas altas (hasta ese momento un calzado casi exclusivo de las tropas paracaidistas), que empezó a extenderse la nueva moda de dejar los calcetines unos centímetros a la vista por encima de la bota. Para ello los bajos de los pantalones se recogen mediante unas gomas dejando un aspecto abombado. Este nuevo estilo de vestir nos permite observar cómo el color crudo y verde fue dejando paso al gris claro con tonalidad azul.
Observamos los calcetines gris azulados de un oficial perteneciente a una unidad beduina que patrulla el desierto del Néguev a lomos de camellos. Imagen tomada en 1972. / Fotografía Hanania Herman. Fuente: national_library
Un paracaidista examina un arma capturada al ejército egipcio durante la Guerra de los Seis Días, 1967. Sus calcetines, a la vista gracias a la nueva moda de recoger los bajos de los pantalones, no parecen del nuevo color gris que hizo aparición en esa década. / Fuente: gpophotoheb
Tripulantes de la brigada de carros de combate 421 se relajan jugando al backgammon, un juego muy popular en Israel. Al estar sentado se aprecia la altura de los calcetines y el efecto abombado del bajo de los pantalones (en este caso el mono de tanquista).
Soldados del batallón 908 del Náhal fotografiados en 1967. El soldado con gafas de sol posó descalzo, lo que nos permite ver el color gris-azul de sus calcetines. / Fuente: 908nahal1967
Calcetines gris azulado por parte de paracaidistas antes de subir a los aviones.
Este recluta fotografiado en su primer día de servicio, o bien no dispone de las gomas para recoger los bajos de los pantalones o todavía no controla la técnica, pues ha embutido los pantalones directamente dentro de los calcetines. / Fuente: israelalbum
Etiqueta de calcetines actuales fabricados por la empresa israelí Delta, con una composición de 65% lana y 35% poliamida.
  Desconocemos la fecha exacta, pero al igual que pasó con algunos uniformes que comenzaron a elaborarse en materiales sintéticos, los calcetines de las última décadas incorporaron a la lana otros tejidos no naturales como el poliéster, la poliamida o la licra, haciendo innecesarios los puntos elásticos y volviéndose completamente lisos. Además con el tiempo su color gris se ha vuelto más oscuro.
Estos calcetines producidos en 2012 cuentan con solo un 70% de lana.

En esta imagen se aprecian los nuevos calcetines gris oscuro. / Fotografía Joel Carillet. Fuente: gettyimages
  Desde la introducción en los años 60 de la técnica de recoger los bajos de los pantalones, esta moda ha perdurado durante los sucesivos cambios de Jefe de Estado Mayor (las normas de vestuario entran dentro de sus competencias). Pero analizando imágenes de la década de los 80, coincidiendo con los mandatos de Rafael Eitan y Moshe Levi, da la impresión de que durante un breve periodo de tiempo se prefirió recoger el pantalón sobre la bota pero sin dejar a la vista los calcetines. A finales de esa misma década vuelve a hacer aparición el calcetín a la vista y esta tradición se mantiene hasta nuestros días. De hecho las IDF especifica bien claro en su decálogo actual de normas de vestimenta que "los soldados con botas militares deber vestir solamente calcetines largos en color gris o negro. Además deben llevar en todo momento gomas para recoger los bajos del pantalón por encima de la bota".
Año 2011, soldados del batallón Caracal limpiando sus botas dejan ver sus calcetines gris azulado. Esta unidad creada en el año 2000 fue la primera unidad de combate de infantería formada por soldados de ambos sexos. / Fotografía Noa City-Eliyahu. Fuente: idfonline
Con las botas a media atar, vemos un ejemplo de calcetines negros actuales. Imagen tomada en 2012. / Fuente: wikipedia