10 octubre 2016

CHAPA DE IDENTIFICACIÓN

     El IDF, al igual que tantos otros ejércitos, cuenta con un sistema de identificación para cada soldado en forma de chapa colgada al cuello, denominada diskit (דיסקית en hebreo). El reglamento obliga a los soldados a portar las chapas en todo momento. La información duplicada ayuda a dejar una copia en el cuerpo del caído al romper la chapa en dos y llevarse la mitad que no está unida a la cadena. De esta forma, el cuerpo puede ser identificado posteriormente, y la parte de la chapa recuperada puede emplearse para confirmar el fallecimiento.
Retrato de un reservista durante la Guerra del Yom Kipur con el diskit al cuello. / Fotografía Romano Cagnoni. Fuente: romanocagnoni
Suez, octubre de 1973. En esta época aún se usaba un cordón para la chapa en lugar de la cadena. / Fuente: israelhayom
No es raro colgar de la cadena pequeños elementos como símbolos religiosos, o como el soldado del centro durante una visita de Isaac Shamir a las tropas, una llave. / Fuente: tsahal
     Las chapas están diseñadas para romperse por la mitad en dos. La información aparece duplicada en ambas mitades, con tres líneas: número militar (מספר אישי mispar ishí en hebreo), apellido y nombre. El número de identificación del ejército es diferente al del documento de identidad nacional. De hecho mientras que el número civil cuenta con nueve dígitos, el militar ha ido pasando de cinco a los siete actuales.

En esta chapa del año 1980 primero va el apellido, luego el nombre y por último el número militar. Este orden no siempre ha sido así.
     A lo largo de los años ha cambiado la forma de distribuir esta información, apareciendo el número personal unas veces en la línea superior y otras como último dato. En cuanto a la orientación, desde los años 90 las líneas pueden leerse con la chapa colgada, mientras que antes se orientaba paralelo a la chapa, obligando a girarla para leerla correctamente.
Soldados en Siria durante la Guerra de los Seis Días. Observamos la chapa con las tres líneas paralelas a la chapa. / Fotografía Stefan Tyszko. Fuente: gettyimages
En esta imagen de un recluta de la brigada Golani en marzo de 2016 observamos la actual disposición de la información de la chapa. / Fotografía Alexi Rosenfeld. Fuente: idfonline
Ejemplo de una chapa tapada, incluido la cadena.
     Entre los combatientes existió siempre la tradición de envolver las cadenas con tela, cinta aislante o cualquier elemento que evite ser detectado por reflejos y que elimine los sonidos metálicos. Más tarde el propio IDF proveyó a los soldados con una funda de algodón en color verde oliva aunque no es obligatorio su uso. Esto nos demuestra una vez más la importancia que dan los altos mandos a que los soldados adapten el equipo a sus necesidades y cómo luego estas prácticas se extienden al resto del ejército.
Ejemplo de ocultamiento de la chapa para evitar ruidos y reflejos. En este caso un falasha (judío de origen etíope) fotografiado cerca de Nablús en 2006. / Fotografía David Bicchetti. Fuente: wikimedia
 Soldados femeninas del batallón Caracal (unidad de combate formada por hombres y mujeres) en 2005. Cubren las chapas con fundas personalizadas con el logotipo de sus unidades, una moda vista desde el siglo XXI. En este caso se llevan por fuera de la camisa, aunque no sabemos si es reglamentario. / Fuente: wikimedia
     En muchos ejércitos las chapas incluyen más datos además del nombre y número de identificación militar, tales como el grupo sanguíneo o la fe religiosa, pero no es así en el IDF. Es curioso que un ejército tan práctico no haya decidido incluir al menos el grupo sanguíneo. Para solventarlo los soldados cuentan con una práctica no oficial que consiste en pintar por la parte de atrás el grupo sanguíneo que facilite el trabajo del personal sanitario en caso de necesitar una transfusión.
El portador de esta chapa pintó con rotulador color rojo su grupo sanguíneo: A positivo.
Observamos la cadena de la chapa en el cuello de un herido atendido durante la Guerra del Yom Kipur. / Fotografía David Rubinger. 
Dos reclutas israelíes de origen etíope en 1983. / Fuente: national_library
     Además de llevar el diskit al cuello, tras la experiencia de la Guerra del Yom Kipur cada soldado lleva la mitad de otra chapa duplicada en cada bota. Esto se debió a los problemas para identificar algunos casos de bajas por impactos en la cabeza (generalmente carristas). Una comisión de la División de Investigaciones Criminales del IDF recomendó la producción de botas con un compartimento para portar una chapa adicional.
El 20 de julio de 2016 un soldado apostado en Metula, en la frontera con el Líbano, se salvó del impacto de metralla gracias a su chapa de identificación. / Fuente: twitter

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